viernes, 18 de abril de 2008

Desayuno


Todo está negro. Soy incapaz de ver nada, pero puedo sentir cómo la gente corre a mi alrededor. Parecen asustados y aunque al principio parece no hacer mella en mí, su miedo empieza a contagiarme.

Llantos, gritos y sirenas suenan de fondo. Intento correr confundiéndome entre la multitud, pero parece como si mis pies estuviesen atornillados al suelo. El ruido se acerca como una amenaza y yo no puedo moverme.

De pronto, de entre las sombras aparece un rayo de luz, y aparece la silueta de alguien que se acerca a mí y me besa.

Abro los ojos y te veo observándome,a escasos centímetros de mí, con una sonrisa pintada en tu cara, tras rescatarme de las sombras. Ahora soy yo la que te besa mientras los rayos de sol se cuelan por la ventana.

El olor a café, tostadas y mermelada de fresa nos da los buenos días.

Mientras desayunamos entre miradas y sonrisas cómplices, rezo en silencio para que desde ahora todos nuestros desayunos sean así.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero qué bien que escribes madre mía!!!!

Aunque el amor...también inspira mucho eh... Ay...qué feliz me hace que estés tan bien.

Te quiero mucho hermanita!!!

MUACKKKKKKKKK

San Paco dijo...

Ey... me tienes abandonado... cuanto tiempo... ¿qué tal?...
Hice un nuevo blog y pasé al mundo de las críticas cinematográficas. Visita: www.filmotecasanpaco.blogspot.com
Anda... te espero.

Anónimo dijo...

Escribes de maravilla ya te digo... Estoy muy orgulloso de ti. No cambies nunca. Te quiero.