viernes, 22 de agosto de 2008
Cuídate
Había sido un día difícil y largo; muchos quehaceres, muchas preocupaciones y pocas soluciones. Por eso cuando llegó a casa se deshizo de zapatos y ropa conforme iba andando por el pasillo. Ella es así de impaciente, no puede esperar.
Llenó la bañera hasta los topes, vertió sales de baños y se sumergió en el agua caliente para recrear sus sentidos. Sin duda era el mejor momento del día.
Tres cuartos de hora más tarde salía de la ducha envuelta en agua y en una toalla. Se sentía bien. Era como si en la ducha se dejase todo el peso que llevaba todo el día a cuestas.
Mientras se secaba y se echaba sus cremas y cosméticos puso la radio. Y entonces apareció. Las primeras notas de aquella canción la estremecieron y poco antes de llegar al estribillo aquellos acordes ya la habían transportado a su adolescencia. Aquella época que le traía tan malos recuerdos, pero también recuerdos que la hicieron ser quien es hoy en día. Y también había recuerdos buenos.
Aquella canción no era precisamente su favorita, pero era la primera canción del disco que marcó una parte amada y odiada a partes iguales de su vida.
La canción terminó, dando paso a la voz de la locutora. Pero ella no la escuchaba; seguía anclada en los intensos catorce años. Ni si quiera se dio cuenta de la lágrima que baja por su mejilla.
jueves, 7 de agosto de 2008
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