jueves, 10 de enero de 2008

Stand by me



Hace ya unos minutos que rebasé el límite municipal que anuncia que he llegado al pueblo de mi niñez, pero ha cambiado tanto desde la última vez que vine, que parece que aún no he llegado.

Intento ir lo más despacio posible con el coche, en parte porque ha sido tan drástico el cambio que temo salirme de las indicaciones apuntadas en una cuartilla, y porque aquel sitio me trae muchos recuerdos, unos buenos, unos malos y otros regulares.

Me paro ante el semáforo rojo que preside un cruce. Saco el pintalabios para reticarme cuando al posar la vista en el espejo retrovisor te veo.

Han pasado ya muchos años, tantos que da vértigo. Pero sigues prácticamente igual. Me vienen a la mente imágenes de aquella primavera en la que jugábamos al billar entre risas y miradas llenas de palabras en el bar donde nos juntábamos todos los viernes por la noche. También recuerdo aquel cosquilleo de los primeros besos adolescentes. Nuestras conversaciones con pocas palabras y muchas miradas y gestos y los besos en cada portal de la calle. Todo queda ya tan lejos...

El coche de atrás toca su claxon para avisarme del color verde que ha adquirido el semáforo. Pongo el marcha el coche y me alejo cantando nuestra canción.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Oh...Joer Celia, tienes siempre la capacidad de meterme en tus historias eh...como si yo fuese esa chica, impresionante!!!

A veces te paras a pensar en el tiempo que ha pasado, en todas las personas que han pasado por tu vida, pero ¿sabes? Pienso que aunque a veces aparezcan personas que luego ni ves (como la persona de tu historia), todos te enseñan cosas, a mí por ejemplo a ser más fuerte, y a darme cuenta de que quien tengo ahora mismo, día 10 de enero de 2008 en mi vida, son las personas que me importan, ni una más ni una menos. Gracias por formar parte de mi vida y por haber contribuído a que mi vida sea un poquito mejor.

TE QUIERO MUCHO HERMANITA!!!

Nadia dijo...

Joer Nere, tú sí que sabes cómo sacarme los colores :$ Muchas gracias por tus palabras. No sabes cuánto me reconforta leer palabras así de alguien tan querido como tú.

Gracias a tí por estar en mi vida y dejarme estar en la tuya. Gracias por haber estado en los peores momentos de mi vida, así como los mejore sy regulares.

¿Ves? Es imposible no quererte. :*

Predilecto dijo...

Podrias intentar continuar la historia, seguro que es un buen ejercicio literario... y no sabes a donde te puede llevar.

Saludos